POSIBLES MANERAS DE VIVIR ESTA PASCUA GUADALUPANA
Esta Pascua puede ser vivida de dos modos: 50 días seguidos —que será algo más difícil de hacer— o bien dedicando un día a la semana durante todo el año (El año tiene de 52 a 53 semanas por año; se escogerían aquellas que no sean ni la Semana Santa ni la anterior a la Navidad). En ambos casos consta de tres días introductorios, los 46 días seguidos — que llevan cada uno su propio título bajo el nombre de estrella -a partir
de las cualidades, capacidades, virtudes o actitudes de Nuestra Santa Madre — y una sesión más para cerrar con provecho toda la experiencia,a manera de evaluación,además de estar dedicada a Juan Diego para que su ejemplo e intercesión nos ayuden a ser mejores hijos de Dios y de María.Para los que quieran, anexo un día extra especial para la celebración del Domingo de Cristo Rey. (Las indicaciones pertinentes y sugerencias las doy mas adelante),Durante esta experiencia,sobre todo los
que hagan la Pascua contínua,habrá grupos que quieran hacer una peregrinación a algún santuario Guadalupano para hacer una visita a María de Guadalupe,en tal caso les recomendaría que se apoyaran en mi libro De peregrinación a la Basilica de les recomendaría que se apoyaran en mi librito:De Peregrinación a la Basílica de Guadalupe,en donde encontrarán sugerencias oportunas para hacer con mucho provecho esa experiencia.
El primer modelo de la Pascua inicia el 25 de Octubre y termina el 13 de Diciembre.El segundo modelo lo podrían hacer una vez por semana, de preferencia los sábados, por dedicar ese día a la Virgen en muchos lugares. En tal caso podrían comenzar el primer Sábado del año y no tendrían sesión ni el Sábado Santo ni el Sábado más cercano a la Navidad por la misma dinámica litúrgica y vivencial que conllevan estos días tan especiales; en caso de que escojan otro día de la semana hacen los arreglos pertinentes. Les recomendaría que las 5 sesiones últimas de su experiencia las ligaran con la fiesta de Juan Diego el 9 de Diciembre para estar más acordes con los festejos Guadalupanos de esos días. Con esto tenemos las cincuenta sesiones que le dedicamos a la Reina del Tepeyac para que durante todo el año vaya realizando su Pascua entre los participantes con Su presencia amorosa, generosa y dinamizadora.
Consideraciones Finales
La Pascua Guadalupana quiere ser todo un método de oración y de comunión de experiencias de fe con María para que nos impulse a vivir nuestra vocación cristiana. Ella surgirá como luz nueva para nosotros que estamos viviendo tiempos tan difíciles y nos dará al que es la Luz con más intensidad si dejamos que su luz nos acompañe.
Espero que el libro y las experiencias de amor, fe, oración y convivencia que vamos a compartir nos ayuden un poco a volver por otro camino a nuestras vidas ordinarias. Que como les pasó a los Magos, también volvamos con más fuerza y alegría a nuestro mundo, sorteados bien los peligros de los Herodes, Pilatos, Césares y poderes de este mundo que quieren opacar nuestra existencia, sobre todo en estos tiempos difíciles para todos. Hoy queremos pedirle al Padre, como dice un salmo: «que tu compasión nos alcance pronto pues estamos agotados» (Salmo. 79 1781 8).
Que el Padre nos conceda, por la fuerza de su Espíritu, seguir a Jesús para construir la Civilización de hermanos que Ellos esperan de nosotros. ¿Estaremos dispuestos a hacer la prueba de caminar de un modo diferente guiados por la Estrella que el Padre nos ha dejado? Ofrezco esta experiencia dentro de un contexto eclesial cristiano y Guadalupano muy amplio por los 100 años de la Coronación Pontificia de la Virgen de Guadalupe, por el gran Jubileo de la Encarnación que hemos celebrado con tanta alegría y esperanza y lo que éste ha significado como inicio y preparación del Tercer milenio de la primera venida del Señor a esta tierra. En este contexto se celebró el Sínodo de los Obispos de América convocado por el Papa que nos dejó el tesoro de la Exhortación Apostólica postsinodal: La Iglesia en América, que será un punto de referencia necesario para la Nueva Evangelización. Los Obispos Mexicanos nos regalaron, como respuesta a este documento, su Carta Pastoral: Del Encuentro con Jesucristo a la Solidaridad con todos, que es un llamado fuerte a seguir los pasos tan solidarios del Señor Jesús, un documento brillante y muy sugerente que hemos de leer, asimilar y vivir para la mayor gloria de Dios y de María; en él encontramos verdaderos tesoros respecto al Acontecimiento Guadalupano y su importancia para todos nosotros, mexicanos católicos. Por si fuera poco, tuvimos durante estos años todo el proceso de la preparación y realización de la canonización de Juan Diego, Creo que esta tercera edición, revisada, ampliada y con más textos escogidos para las sesiones les ayudará a aumentar su amor a Dios y a Nuestra Madre Santísima. A Ellos les agradezco que me den esta oportunidad de servirlos y a ustedes. También doy las gracias a quienes durante mi vida me han enseñado a orar, en especial a mis papás, padres y madres espirituales y a todos aquellos amigos, familiares y compañeros de trabajo con quienes he disfrutado de manera especial nuestro amor y servicio a la Reina y Madre Universal. Quiero mencionar en especial al grupo de Macehuales al que pertenezco, a los hermanos de la Universidad Abierta Guadalupana, a los feligreses del santuario de Nuestra Señora de los Angeles de la colonia Guerrero del Distrito Federal, a los animadores Guadalupanos de la Parroquia de San Ignacio de Loyola del Valle de Chalco, y a muchos amigos Guadalupanos tanto jóvenes como adultos de Chihuahua Yucatán y diversas partes del País. Gracias a todos ellos hoy tenemos este aporte Guadalupano. En especial les agradezco a Rafael López Gómez sus pinturas y dibujos y a Chayo Garza , Raquel Soriano, Nati Cardós y Felipe Carrillo por el trabajo de hacer y rehacer el texto varias veces.
Espero que el fruto más fuerte de fidelidad a este Acontecimiento Divino y Mariano tenga por efecto que las personas que tomen parte en esta larga experiencia de amistad, vida y oración lleguen a formar una verdadera comunidad de fe, oración, amor, y servicio solidario,capaz de transformar algunas realidades inhumanas para hacer una sociedad más justa, digna y fraterna. La Iglesia se forma de pequeñas comunidades vivas y fuertes que anuncian el Evangelio con su vida Si brotan algunas comunidades permanentes de este estilo después de la experiencia grupal que aquí les ofrezco me sentiré muy contento y agradecido.
Quiera el Dios de la vida, Autor inigualable de todos los milagros, consolar, fortalecer, convertir e impulsar a todos los participantes en esta experiencia, para que broten, de todos, ríos de agua viva como quiere el Señor Jesús. Que Nuestra Madre se sirva de este libro para que siga brillando como Estrella nítida y radiante de nuestra Evangelización. Pongo en manos de San José, Esposo de la Virgen, de Santa Ana y de San Joaquín, padres de Nuestra Estrella, y de Juan Diego, nuestro Profeta, el fruto de este trabajo y experiencia.